Ya seas Melchor, Gaspar o Baltasar, tu trabajo no es el de uno cualquiera: ser uno de los reyes magos no es coser y cantar, hace falta disciplina, voluntad y ganas de hacer feliz a todos los niños. Esos tres hombres vestidos con ropajes extraños vienen de muy lejos montados en sus camellos —aunque para representarlos en versión caganer vamos a suponer que...